Paula Badosa recupera la sonrisa jugando de ‘tapada’ en su casa
Paula Badosa ha vuelto a brillar en la Caja Mágica, el lugar donde la afición madrileña siempre soñó con ver de primera mano su mejor tenis. La española tan solo ha necesitado dos partidos para reconciliarse con el lugar donde empezó todo, tanto el ascenso meteórico hacia lo más alto de ránking como el descenso a los infiernos ahora enterrados. Paula, ‘tapada’ en un torneo al que llegaba sin ninguna exigencia, ha vuelto a demostrar que su lugar está entre las grandes.
No ha sido un año fácil para Paula Badosa, tenista que alcanzó la cima en 2021 con la conquista de Indian Wells y que sufrió en 2022 un tortuoso descenso marcado por las lesiones y la irregularidad, hasta el punto de llevarla a terminar la temporada en octubre. 2023 no ha sido, hasta ahora, el gran año del resurgimiento, pues la mala fortuna se ha cruzado torneo tras torneo para tirar por tierra todo lo que sí estaba demostrando con su nivel en la pista. Pero algo ha cambiado en Madrid, un torneo que resume su trayectoria en los tres últimos años en sus tres últimas participaciones.
2021 fue el año de la gran explosión de Paula Badosa en el circuito, con las gestas más recordadas de la victoria en Indian Wells y la participación en una semifinal de las WTA Finals ante Muguruza que invitaba a soñar con un nuevo episodio de dominio del tenis femenino nacional. Sin embargo, el tramo final de aquel año empañó hitos previos como su impecable trayectoria en el Mutua Madrid Open, al que llegó gracias a un ‘wildcard’ y que terminó en semifinales tras batir por el camino a rivales de la talla de Krejčíková o Bencic.
Fue entonces, ante su público y con el cartel de ‘tapada’, cuando se sembró la semilla de una tenista que apenas meses después se convertía en el gran relevo de Garbiñe Muguruza (última tenista española en conquistar un Grand Slam). Un papel totalmente invertido en la edición de 2022, que al contrario que un año antes, funcionó esta vez como punto de inflexión negativo para la española.
Es muy difícil lidiar con la presión cuando eres la favorita
Agarrotada por la presión de defender su hito en el extranjero ante su público, Badosa -ya sumida en una mala racha desde inicios de año- se despidió de la Caja Mágica apenas sumando cuatro juegos en su segundo partido ante Simona Halep. «Venía de jugar varios torneos en los que no me sentía muy cómoda y es muy difícil lidiar con la presión cuando eres la máxima favorita para ganar ese torneo», confesó algunas semanas después de aquella amarga despedida.
El duro golpe en Madrid aceleró su descenso a los infiernos, una temporada que acabó cortando en octubre con un mensaje para sus fans en una emotiva carta: «Se acabó mi temporada 2022… un año que ha pasado por todos los momentos y emociones. Donde he vivido de las mejores experiencias a las peores».
La mejor Badosa seguía ahí, pero encerrada en un bucle que ha tratado de romper durante meses, un bloqueo que, por coincidencia del destino -o no- ha llegado a su fin en la pista Manolo Santana de Madrid, donde empezó todo.
La receta, la que ella misma confesó a principios de semana, saltar a la pista con la tranquilidad de poder sacar su mejor tenis sin temor al peso de las expectativas. No fue sencillo, como demostró con ciertos altibajos en el primer duelo ante Cocciaretto, pero sí efectivo. En su segundo partido sobre la tierra de Madrid destrozó a la número seis del mundo, Coco Gauff, con un tenis tan práctico como ofensivo y certero.
La americana es la primera Top-10 que cae ante Badosa en los últimos seis meses, y el próximo lunes se citará, de nuevo en la pista Manolo Santana ante su público, con la número nueve mundial, María Sakkari. La griega ya sufrió para batir a la española Masarova en primera ronda, y podría decir adiós ante una ‘tapada’ con el tenis suficiente para levantar el título, Paula Badosa.
Paula Badosa ha vuelto a brillar en la Caja Mágica, el lugar donde la afición madrileña siempre soñó con ver de primera mano su mejor tenis. La española tan solo ha necesitado dos partidos para reconciliarse con el lugar donde empezó todo, tanto el ascenso meteórico hacia lo más alto de ránking como el descenso a los infiernos ahora enterrados. Paula, ‘tapada’ en un torneo al que llegaba sin ninguna exigencia, ha vuelto a demostrar que su lugar está entre las grandes.
No ha sido un año fácil para Paula Badosa, tenista que alcanzó la cima en 2021 con la conquista de Indian Wells y que sufrió en 2022 un tortuoso descenso marcado por las lesiones y la irregularidad, hasta el punto de llevarla a terminar la temporada en octubre. 2023 no ha sido, hasta ahora, el gran año del resurgimiento, pues la mala fortuna se ha cruzado torneo tras torneo para tirar por tierra todo lo que sí estaba demostrando con su nivel en la pista. Pero algo ha cambiado en Madrid, un torneo que resume su trayectoria en los tres últimos años en sus tres últimas participaciones.
2021 fue el año de la gran explosión de Paula Badosa en el circuito, con las gestas más recordadas de la victoria en Indian Wells y la participación en una semifinal de las WTA Finals ante Muguruza que invitaba a soñar con un nuevo episodio de dominio del tenis femenino nacional. Sin embargo, el tramo final de aquel año empañó hitos previos como su impecable trayectoria en el Mutua Madrid Open, al que llegó gracias a un ‘wildcard’ y que terminó en semifinales tras batir por el camino a rivales de la talla de Krejčíková o Bencic.
Fue entonces, ante su público y con el cartel de ‘tapada’, cuando se sembró la semilla de una tenista que apenas meses después se convertía en el gran relevo de Garbiñe Muguruza (última tenista española en conquistar un Grand Slam). Un papel totalmente invertido en la edición de 2022, que al contrario que un año antes, funcionó esta vez como punto de inflexión negativo para la española.
Es muy difícil lidiar con la presión cuando eres la favorita
Agarrotada por la presión de defender su hito en el extranjero ante su público, Badosa -ya sumida en una mala racha desde inicios de año- se despidió de la Caja Mágica apenas sumando cuatro juegos en su segundo partido ante Simona Halep. «Venía de jugar varios torneos en los que no me sentía muy cómoda y es muy difícil lidiar con la presión cuando eres la máxima favorita para ganar ese torneo», confesó algunas semanas después de aquella amarga despedida.
El duro golpe en Madrid aceleró su descenso a los infiernos, una temporada que acabó cortando en octubre con un mensaje para sus fans en una emotiva carta: «Se acabó mi temporada 2022… un año que ha pasado por todos los momentos y emociones. Donde he vivido de las mejores experiencias a las peores«.
La mejor Badosa seguía ahí, pero encerrada en un bucle que ha tratado de romper durante meses, un bloqueo que, por coincidencia del destino -o no- ha llegado a su fin en la pista Manolo Santana de Madrid, donde empezó todo.
La receta, la que ella misma confesó a principios de semana, saltar a la pista con la tranquilidad de poder sacar su mejor tenis sin temor al peso de las expectativas. No fue sencillo, como demostró con ciertos altibajos en el primer duelo ante Cocciaretto, pero sí efectivo. En su segundo partido sobre la tierra de Madrid destrozó a la número seis del mundo, Coco Gauff, con un tenis tan práctico como ofensivo y certero.
La americana es la primera Top-10 que cae ante Badosa en los últimos seis meses, y el próximo lunes se citará, de nuevo en la pista Manolo Santana ante su público, con la número nueve mundial, María Sakkari. La griega ya sufrió para batir a la española Masarova en primera ronda, y podría decir adiós ante una ‘tapada’ con el tenis suficiente para levantar el título, Paula Badosa.